DOCENTES DEL SIGLO XXI
En el siglo pasado la metodología didáctica del docente era
muy limitada, como únicos materiales se tenía algunas enciclopedias, la pizarra
y la tiza con las que tenía que trabajar y a los estudiantes se les consideraba
como meros receptores del conjunto de contenidos reducidos en ideas que de
forma mecánica se aprendían para el momento, así se formaba un alumno pasivo
aunque con muchos valores, hoy en la era de la modernidad y la
globalización, la función docente en el trabajo cotidiano del aula es
proactiva, es decir asume una actitud con pleno control de su conducta de modo
activo, lo que implica la toma de decisiones con autonomía e iniciativa en el
desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejores aprendizajes en
los estudiantes, por ello la importancia del docente en el siglo XXI.
La sociedad del
conocimiento, la tecnología y las nuevas herramientas de la información
conciben diversas aspiraciones educativas, esta importancia en la sociedad, los
docentes no podemos desestimar y que van desde la forma de conseguir,
interpretar procesar y el compartir la información hasta nuevas nociones de
percibir el tiempo y el espacio dimensiones fundamentales de la experiencia
humana, bajo estos nuevos paradigmas que constituyen instrumentos útiles para
impartir educación en cualquiera de los ámbitos ya sea educación inicial,
primaria, secundaria o superior, hacen que la función docente sea más de
mediación, orientación y compromiso, tarea compleja la cual implica exigencia y
perfeccionamiento de modo holístico en los siguientes ámbitos: En primer lugar
el docente debe ser gestor de la información, no sólo en dominio de
conocimientos sino que estos deben ser optimizados y adecuados. Un segundo
punto, esencial a la profesión docente es el monitoreo del proceso de enseñanza
y aprendizaje, en esta parte es muy importante saber cómo aprende el
estudiante, esto indica que el docente necesariamente tiene que investigar. En
tercer lugar el docente tiene que tener un firme compromiso con su labor y por
ende con la sociedad que la representa, preservando la historia, cultura y los
valores. Según Goodson (2000) el maestro selecciona el tema o temas de estudio
y las estrategias de enseñanza partiendo de las necesidades e intereses de sus
estudiantes.
El trabajo docente en el siglo XXI es importante, por ser una
tarea compleja por sus propias dificultades cuya influencia es el contexto
social, esto a la vez demanda un compromiso real con la educación integral del
estudiante, el cual implica la formación de los valores que permee todo el
proceso educativo, así como los elementos que lo componen, por ello se hace
necesario el enfoque transversal que rescata lo mencionado donde el docente es
un elemento fundamental en este proceso, tiene la responsabilidad sobre sus
estudiantes, su postura ética y sus valores manifestadas a través de sus
actitudes van a ser determinantes.